La historia, según una formulación bien conocida, es el camino de la razón que avanza, imparable, hacia el progreso, pese a recorrer también zonas de sombras y vías subterráneas. Astucias de la razón. Las revoluciones, en este sentido, serían entendidas por Marx como locomotoras del tren de la historia universal. No faltarán críticas hacia esta comprensión de la historia. Benjamin, por ejemplo, entendería las revoluciones de otro modo: como el gesto de la humanidad que, arrastrada por ese tren del supuesto progreso, trata de utilizar el freno de emergencia. Contra la (supuesta) historia del progreso a favor de ...